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martes, 2 de marzo de 2021

Yo soy mi propio hogar

 

Me cuido, me amo, me acepto

Hola, después de mucho tiempo vuelvo con una reflexión muy importante y sobre todo en estos que el mundo está pasando, para todos nos ha resultado difícil seguir adelante. De una u otra forma, ya nada volverá a ser lo mismo y esto es abrumador.

Lo más difícil de todo esto es perder, perder seres queridos, perder la salud, perder el trabajo y hasta perder tu hogar. A veces puede parecer que no tenemos nada, lo hemos perdido todo, pero no permitas que pierdas lo más importante, no te pierdas a ti mismo. Las circunstancias cambian, hoy más que nunca hay muchísimas situaciones que no podemos controlar, y es desgastante pensar en el futuro, pues es incierto y eso nos aterra, pero debemos mirar a nuestro al rededor y observar lo que tenemos, lo que aún conservamos, y sacarle jugo, hasta la última gota. Te tienes a ti mismo, no importa cuántas veces se hayan destruido los sueños y planes, ¡tú eres tu propio hogar!. Quiérete, abrázate, dedícate tiempo. A veces nos enfocamos tanto en llevar una vida de prisas y pendientes, pero cuando pierdes todo, es una oportunidad de empezar de nuevo, de reencontrarte y reinventarte. A diario vemos en las noticias cómo la vida es tan frágil, se va en un instante, hay que aprovechar lo que tenemos mientras lo tengamos. Pregúntate: ¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Tu salud física y mental es más importante que un trabajo, tu escuela o que las relaciones con personas que no te edifican, incluso si son familiares. Tú mismo tienes que ver por tu bien, porque nadie más lo hará. No es egoísmo, tú debes estar en primer lugar en prioridades, porque si tú no estás bien contigo, no puedes tampoco estar bien con los demás, no puedes dar algo de lo que careces. 







                                                                                                                                                    ~Panque24

miércoles, 17 de julio de 2019

Ser o no ser 5UIC1DA

Hola lectores, he vuelto y esta vez con fuerza, cambiada, futura e inminente. Han pasado muchas cosas y poco a poco escribiré sobre ello. 

Hay cosas que pasan en nuestra vida que se van acumulando y que sin darnos cuenta, se vuelven un gran cúmulo de agonía, de constante preocupación. Las personas a nuestro al rededor casi todo el tiempo se centran en sus propios afanes, sin pensar en cómo están afectando al prójimo con sus acciones y palabras, sólo piensan en cómo los demás los afectan a ellos mismos. 

Es a veces una paradoja el observar cómo a pesar de nuestros esfuerzos de salir adelante, se ven fallidos, sin importar cuántas veces volvamos a empezar de cero. Llega un punto en que todo esto se vuelve insoportable, que parece que solamente se van añadiendo desgracias y ser agradecido comienza a volverse una tarea más difícil. Es en ese punto cuando estas desesperado, cuando buscas ayuda y que incluso las personas en quien más confías te abandona, se burla y minimiza tus sentimientos. Es ahí cuando ya no ves salida y pierdes la esperanza, cuando comprendes que no vale la pena intentarlo y surge la idea de acabar con todo, ya nada importa más. Comienzas a pensarlo, te arrepientes y luego vuelves a considerarlo, lo planeas, imaginas los escenarios posibles, te das cuenta que ya las cosas materiales que tienes, ya no te van a servir para nada; estas decidido a hacerlo.

Sin embargo, algo te dice que no es tu momento, que esperes un poco más, es inexplicable pero de apoco las cosas empiezan a mejorar. La idea sigue ahí, a diario. Cada mañana al despertar es un sentimiento encontrado de gratitud y a la vez de decepción de seguir vivo. Las ganas de intentarlo permanecen, pero ahora se controlan, luchas contra ellas, se encienden cada vez que sabes que tienes la oportunidad, sobretodo cuando estás solo. No es algo que se supera una vez, es un esfuerzo constante, una pelea con uno mismo.












                                                                                                                                                 ~Panque24


domingo, 17 de junio de 2018

Lejos de la salud

Últimamente, del pasado año hasta hoy, he estado sintiendo que algo anda mal en mi cuerpo (más intenso de lo normal). Estaba debilitada, sin fuerzas, como si tuviera una "fuga" de energía. Por más que durmiera o descansara, seguía estando agotada, al punto de cansarme al hacer cosas cotidianas y simples, llegar a acostarme a la cama era todo un reto, sentía que necesitaba recostarme en cualquier sitio donde estuviera porque no tenía energía. Al despertar, sentía mi cuerpo como si me hubiera pasado un camión encima, no podía explicar cómo es que podía despertar con el cuerpo entumecido, aunque yo creí que había algún problema con mi colchón, intenté dormir en camas de familiares y amigos, e incluso hoteles y el problema persistía.
Sentía dolor todo el tiempo, un dolor que irradiaba desde el centro de cada parte de mí: mis manos, mi espalda, mis piernas, mis pies, mi cuello... sentía "piquetes" de dolor por todas partes y no cesaba.
Me invadían dolores de cabeza repentinos que me hacían sentir que mi cerebro se estaba derritiendo, mi visión se nublaba y sentía molestias en los ojos. Mi corazón de repente latía aceleradamente, sin importar que tan solo estuviera reposando. El aire que respiraba no era suficiente, mi cuerpo necesitaba más. Al ocultarse el sol, mi temperatura corporal se elevaba. Mis extremidades me hormigueaban. Cada vez me sentía peor.
Una y otra vez fui con diferentes médicos a que me ayudaran, pero sólo me decían que mi problema era psicológico, que me relajara y me sentiría mejor. Por supuesto que para nada me sentía mejor, por más que trataba de ignorar todo lo que sentía y seguir adelante con mi vida. Nadie me creía, ni siquiera gente cercana a mí. Creían que estaba exagerando. No sé por qué piensan que mentiría con algo como eso, si estaba destruyendo mi vida y yo sólo quería que se detuviera. Hasta llegué a cuestionarme si realmente estaba sintiendo todo eso o si exageraba, como todos decían, pero la verdad es que contrario a exagerar, intenté minimizar la gravedad de lo que sentía.
Dejé de hacer todo lo que hacía, la escuela, el trabajo, vida social, todo. Estaba encarcelada en mi propio cuerpo y nadie podía ayudarme. Cuando los médicos llegaban a medicarme, sólo lograban envenenarme y que me sintiera peor, en verdad sentía que moriría pronto cuando me tomaba los medicamentos que me recetaban: sangraba por la nariz, escupía sangre, no podía respirar ni mantenerme de pie. Obviamente decidí dejarlos de tomar, con autorización de los médicos.
Tiempo después me había resignado, al final con dos médicos: uno privado y uno que es conocido, decidieron ayudarme y duré meses haciéndome todo tipo de estudios, casi todo salía ligeramente anormal. Nadie le tomaba importancia. El médico privado se le ocurrió hacerme pruebas de autoinmunidad y ¡oh sorpresa! resulta que tenía Espondilitis anquilosante. El nombre da miedo y es difícil de pronunciar, pero es más difícil de tener, se siente peor que su nombre, es una enfermedad crónica, un tipo de artritis que afecta la columna, es una del club autoinmune.
Mis seres queridos, me culpaban de estar enferma, decían que yo lo provoqué por mis hábitos alimenticios, por haber subido de peso, por estar estresada todo el tiempo. Y, aun así, con todo y diagnóstico, no creían que me sentía tan mal, y que se me pasaría pronto, como si fuera una gripe pasajera.
Mi vida cambió con ese diagnóstico, no sabía que esperar. Sabía que no moriría, pero no sabía si algún día quedaría inmóvil. Intenté tomar las cosas con calma, aceptarlo y hacer lo que pudiera para mejorar mi salud, pero inevitablemente tenía mucho miedo, y me sentía muy sola. No sentía que tuviera apoyo de mi gente.
Decidí que lo mejor era ser egoísta, ver por mí misma, primeramente, hacer las cosas a mi ritmo e ignorar las críticas y opiniones sin conocimiento de las demás personas. No entienden.
Trato de dar lo mejor de mí, sin embargo, aún no puedo aceptar o acostumbrarme a que hay muchas cosas que ya no puedo hacer. Al dolor, te acostumbras, a dejar de ser tú misma, no.
Aún no he comenzado un tratamiento, todavía hay estudios que me tengo que hacer y otros que ya me hice, pero tardan mucho. Por lo pronto sólo me ayudo de la alimentación, suplementos alimenticios, analgésicos y mucho descanso.





                                                                                                                                                 ~Panque24

lunes, 20 de noviembre de 2017

Universitarios: lucha silenciosa

La juventud definitivamente es una etapa muy bonita y divertida, sin embargo, puede ser más difícil de lo que todos creen, no todo es fiestas y borracheras, también es responsabilidad, decisiones y muchas veces viviendo al día económicamente.

Todo mundo piensa que los universitarios no batallamos porque solamente nos dedicamos a estudiar, pero déjame decirte que esto no es así, hay más que eso. Y ni se diga si eres foráneo. 
Se viven muchas carencias que nadie nota día a día siendo estudiante. A continuación, te enlisto las principales razones por las cuales dicha etapa es más complicada de lo que parece:

  • Los estudios: 
Los estudios son lo principal que nos representa, no solamente debemos cubrir un horario que muchas veces es casi de todo el día, si no que al terminar las clases no quedamos libres del todo, ya que las tareas, proyectos y estudiar para los exámenes hacen que el tiempo no te alcance ni para ir al baño. Inclusive muchas veces tienes que sacrificar una materia por otra más pesada.
Muchas veces nos encontramos con maestros que hacen de esto una misión casi imposible, ya que ellos mismos nos advierten que no somos capaces de triunfar y nos obstaculizan el camino conscientemente, tratándonos como si no fuéramos seres humanos.


  • La economía:
La mayoría de nosotros no gozamos de la mejor economía durante esta etapa, y sobre todo aquellos que se nos imposibilita trabajar y estudiar al mismo tiempo, ya que algunas licenciaturas pueden llegar a ser más demandantes que otras. 
Las carencias que se viven son impresionantes, te hacen vivir al límite. La alimentación deficiente es recurrente, hay veces en que llegas a sobrevivir sin comer uno o más días, o con tan sólo alimentarte de un par de latas de atún para toda una semana.
El transporte público se vuelve muchas veces tu único medio de transporte, teniendo que soportar los horarios tan variables de estos (a menos aquí en México casi nunca son puntuales), vas apretado porque va muy lleno de gente, a veces debes de tomar varios al día, además de caminar grandes distancias para llegar al autobús. 
En ocasiones ni siquiera te alcanza para tomar el transporte público, por lo que tu única opción es caminar, tolerando la inseguridad y las inclemencias del clima.

  • Las presiones:
Cualquier persona puede llegar a creer que un universitario no tiene mucho de qué preocuparse, pero realmente es jugar malabares con los aspectos importantes de tu vida, e incluso tener que sacrificar unos por otros, ya que alcanzar un equilibrio es casi imposible. Los estudios, la familia, los amigos, la vida social, el empleo, la salud y el ocio, rara vez todos estos aspectos están todos presentes en la vida de un estudiante, lo cual causa inestabilidad emocional y frustración, pero terminas aceptando que no todo se puede en la vida y aprendes a lidiar con eso.

  • El mundo adulto:
Cuando estás cerca de terminar por fin tus estudios universitarios, conlleva una gran emoción y orgullo, sin embargo, es el momento donde entra la crisis existencial debido a que es la culminación de una bonita etapa, pero el comienzo de una desconocida aventura. Es cuando se espera que entres a la sociedad como un ciudadano que contribuyente, aunque nunca nos sentimos preparados, es escalofriante pensar lo que nos depara.
Nos entra la duda de qué es lo que sigue, ¿debo buscar empleo?, ¿sabré cómo ejercer?, ¿podré encontrar un trabajo?, ¿debería entrar a un posgrado?




Sí, admito que la juventud es una etapa maravillosa y te diviertes más que nunca, pero no hay que dejar de lado la realidad. En esta entrada solamente se habla a grandes rasgos de los problemas que tenemos que enfrentar, pero podría extenderse infinitamente, así que por favor tenlo en cuenta, no nos juzgues ni nos subestimes, porque nadie sabe lo que hemos tenido que pasar.
Disfruta esta etapa si estás en ella, pero también sobrellévala con fuerza y ánimo.








~Panque24


sábado, 1 de julio de 2017

Impresionante

Date Cuenta Pronto


Uno no se percata de que las cosas más importantes son invisibles a los ojos. 

Hola a todo mundo, les cuento que hace unos días, tuve un par de eventos que muchos dirán fue malo, pero que yo pienso que fue todo lo contrario, corrí con suerte.

Mientras trabajaba en el laboratorio, ocurrió un pequeño accidente, se prendió en llamas un bote de alcohol con el que estaba trabajando. Lo saqué para que no se dañaran los filtros del equipo que estaba cerca, pero al moverlo, cayó fuego en un bote de basura, el cual se encontraba al lado del tanque de gas. Cuando me percaté de ello, creí que todo había acabado, que el tanque de gas estallaría y sería mi último día. Dentro de la misma desesperación corrí por agua, y entre mi compañera y yo, logramos extinguir el fuego, antes de que fuera inminente la explosión.

Salí casi ilesa de aquella situación, solamente me había quemado la mano, afortunadamente, los guantes que traía me protegieron un poco. La quemadura ni siquiera me dolía, las ampollas no eran nada comparado con lo que me salvé al no haber explotado el tanque de gas. En ese momento supe que la vida es más frágil de lo que uno cree, y vivimos postergando las cosas, con miedo a lo banal, siento que no es algo que tengamos asegurado.

Tal vez suene como si no fuera nada, pero me hizo darme cuenta de que las cosas se deben hacer ahora, no postergarlas, dejar el miedo, porque el tiempo no es un hecho. Disfrutemos la vida mientras esté en nuestras manos.





~Panque24

lunes, 27 de marzo de 2017

No Name □

N     O     T      H     I     N     G


Estoy desesperada, atrapada en la rutina.
Todo es un círculo vicioso, cada semana se repite lo mismo. Estoy cansada, hago las cosas, pero es como si no las hiciera. Cada acción es una carga, me cuesta el triple de esfuerzo.
Mi esperanza por la mañana es que llegue el final del día.
Mi cuerpo empieza a exudar todos mis problemas y preocupaciones por cada poro, uno por uno.
Las responsabilidades me consumen, me prohíben hacer las cosas que me gustan.
Estoy sometida a tantas reglas, observada por tantos ojos. Altamente juzgada pero poco comprendida. Limitados derechos, pero amplias obligaciones.
Me refugio en las palabras, construyo soluciones que permanecen aprisionados en pensamientos.

jueves, 23 de marzo de 2017

Reconoce tu Vida

¿Cuándo respiramos?

Tenemos una vida demasiado agitada, en los últimos años. Vivimos trabajando, preocupándonos por tantas cosas que nos dejamos de nosotros mismos, nos desatendemos y nos dejamos a lo último de la lista de prioridades. Con tanto ajetreo, nuestra salud se ve afectada severamente y ni siquiera nos damos el tiempo de preocuparnos por ella.

Hola, queridos lectores. He estado meditando que, al trabajar en un laboratorio de investigación, corro muchísimos riesgos a diario: me expongo a solventes ácidos, corrosivos, cancerígenos, tóxicos, etcétera; maquinaria que puede explotar, quemarme o que es punzocortante; material biológico infeccioso; entre otros. Eso sin contar los riesgos comunes de la vida cotidiana (enfermedades, accidentes de autos). Hay una alta probabilidad de sufrir un accidente grave e incluso mortal, lo cual me ha llevado a apreciar un poco más mi vida, y a concluir lo siguiente:


  • No subestimar la importancia de la seguridad: nunca son demasiadas las medidas de seguridad que se pueden tomar para evitar accidentes, aunque parezcan ridículas, innecesarias o exageradas, al momento de una situación de riesgo nos puede salvar la vida. Las normas de seguridad no están sólo porque sí, sino que fueron hechas por una razón y no hay que ignorarlas, ya que presenciar o incluso sufrir un accidente, es realmente traumático.
  • No preocuparse en vano: La preocupación y estrés nos hace cansarnos y enfermarnos tanto física como mentalmente, nos agota, y muchas veces esas preocupaciones vienen por cosas que aún no suceden, o que no podemos cambiar, y es estrés que nos podríamos estar ahorrando si realmente lo analizamos. Evita inquietarte por cosas que no tienen sentido.
  • Los planes son posibilidades, no hechos: es bueno ser organizados y tener una planeación a futuro, sin embargo, ten en cuenta que todo puede pasar, y que agentes externos a nosotros mismos pueden cambiar las situaciones totalmente y en un tiempo reducido. El contexto puede cambiar el contenido. No te aferres a los planes, siempre debes estar preparado para los imprevistos.
  • El tiempo pasa, lo disfrutes o no: cuántas veces nos hemos arrepentido d haber o no haber hecho algo, la nostalgia invade muchas veces, entonces recordemos que sólo hay un momento donde puedes hacer algo, ¡ahora! El tiempo no vuelve atrás y cada vez avanza más rápido.
  • La ausencia resalta la importancia de las cosas: tantas cosas cotidianas que ni notamos que tenemos, pero si no estuvieran, vaya que lo notaríamos. No comas en un día, duerme en el suelo, sin sábanas, o no veas a alguien, como si no estuvieras, y es cuando notas la falta que te hacen esos detalles. Disfruta todo como si fuera la primera y última vez.



Reflexionemos sobre esto y hagan una retrospectiva a nuestras vidas.




~Panque24